Por Roberto Famá Hernández
Los índices de Wall Street alcanzan máximos históricos por el optimismo que despierta un plan republicano para reducir los impuestos
corporativos alimentando las ganancias en los bancos.
Mientras tanto, en la mayor parte del mundo la
desigualdad y la pobreza crecen de manera descomunal, como consecuencia de este
modelo económico neoliberal, en el que los distintos gobiernos de derecha se
desentienden de las necesidades económicas y sociales del pueblo, para dejar
que sea el mercado, la ley de la oferta y la demanda, quien regule la vida de las personas,
esperando que se cumpla la famosa “teoría del derrame”.
Pero la famosa "teoría del derrame" no se
cumple y nunca se cumplirá, porque lo único que derrama, lo hace hacia los
paraísos fiscales: los ultrarricos ilegalmente invierten vastas cantidades de
dinero en las llamadas cuentas offshore.
La filtración de los Paradise Papers, con una inmensa
cantidad de documentos financieros que detallan claramente, "con nombre y
apellido" las actividades financieras ilegales de algunas de las personas
más ricas y corporaciones más poderosas del mundo, los dejó al descubierto,
pero parece que nada los hará cambiar.
El tema es muy simple,
al ocultar su riqueza en paraísos fiscales, las personas y empresas
eluden el pago de impuestos en los países donde hacen negocios y amasan su
dinero. Eso, a su vez, priva a los gobiernos locales de los recursos que tanto
necesitan para financiar servicios públicos (como salud, seguridad o educación)
y proyectos de infraestructura (como rutas y hospitales).
Esta evasión la termina pagando siempre el ciudadano
común, porque los gobiernos tienen que recortar servicios o bien deben
compensar la caída en la recaudación elevando el nivel de endeudamiento o, como
en nuestro país, ambas “recetas” al mismo tiempo, pero nunca quieren aumentar
los ingresos por recaudación de impuestos a los que más tienen porque son
poderosos y los sistemas judiciales son ineptos o cómplices del poder real.
Esto, en su conjunto, hace que las personas más pobres
pierdan siempre en la perinola financiera y que la brecha de desigualdad crezca
Esta perversión está quedándose con la vida de millones en el mundo.
Sólo la evasión de impuestos de grandes empresas hacia
paraísos fiscales suma, al menos, US$100.000 millones cada año que salen de los
países no desarrollados, dinero suficiente para proporcionar educación a 124
millones de niños y prevenir la muerte de casi 8 millones de madres, bebés y
niños al año”
Pero en Argentina el sistema financiero internacional,
con la complicidad de los secuaces locales, ha encontrado una manera aún más
perversa de quedarse con todo y más rápido, mediante la bicicleta financiera
que gira con las LEBACs, así funciona:
Todo dólar que ingresa al país por deuda externa, se
evapora rápidamente en la bicicleta financiera, por el brutal vaciamiento de la
economía que están haciendo con las LEBACS (Letras del Banco Central, o sea,
pagarés de la autoridad monetaria nacional)
Aquí va un ejemplo muy simple de cómo nos esquilan:
Imagínese que el 1 de agosto un buitre financiero tenía
US$ 100.
Los pasó a pesos en el mercado negro, son $ 1.782 a la
cotización del 1º de agosto.
Compró una letra del Banco Central, Lebac, con
vencimiento a 35 días que ofrecía a esa fecha 26% anual, un 2.17% mensual.
Así, al 7 de setiembre, el buitre cobró $ 1.821 por las
LEBACS y el dólar oficial cotizó a $ 17.
O sea que ahora el buitre tiene US$ 107. Esos 7 dólares
de diferencia ¿cómo se pagan? se pagan con más deuda externa que se la pedimos
a los mismos buitres de siempre.
El Buitre ganó, 7% en dólares en sólo un mes, cuando eso
se gana en un año en Brasil, en dos años en Chile, en tres años en cualquier
otra plaza financiera del mundo!!!.
Imagínese que vuelven a hacerlo un mes y otro mes y no
por U$S 100, sino por USD 36.000.000.000 que es lo que está debiéndose ahora en
LEBAC, es decir que por ese 7% se evaporan U$D 2.520.000.000 en sólo un mes, y sobre esa ganancia desmedida no pagan impuestos y pueden girarlo, si quieren, al exterior con total libertad.
El gobierno, timonel de la especulación, mantiene
planchado el dolar y sube las tasas; si dejará subir el dolar, subirá de
inmediato la inflación que ya es alta y,
todos los que tienen LEBACS querrán salirse y no alcanzarían ya la reservas del
Banco Central para pagarles.
Pero además, bajo este gobierno, Argentina importa más de
lo que exporta, por lo tanto "pierde" miles de dólares todos los días
en el comercio internacional deficitario. Lo poco que exporta son en su mayoría
productos agrícolas que ya no pagan retenciones ni están los exportadores
obligados a liquidar las divisas en el país, desfinanciando de manera
vertiginosa al país.
Por eso la deuda externa crece cien millones de dólares
cada 24 horas!! Así nos están endeudando nuevamente pero ahora con LOS RECURSOS
NATURALES como garantía.
La carga de los intereses de la deuda va creciendo
anualmente, ya pasó de 6% del presupuesto en 2016 a 10 puntos en 2017, y
proyecta 14 puntos para 2018.
Nadie, en ningún lugar del mundo, invertiría capital en
un país con este modelo de especulación que ahoga el trabajo y la producción,
por más que bajen los costos laborales y les dan todas las ventajas que
quieran, la bicicleta financiera promete márgenes de ganancias rápidas y
cuantiosas, imposibles de lograr con la inversión productiva.
La pregunta es; ¿hasta cuándo? porque es insostenible,
habrá un momento en que esta bomba financiera explotará, como fue en el 2001, y
no habrá quien pueda aceptar un nuevo default con los recursos naturales como
garantía y vendrán por todo.
Este es el mundo al que el FMI y la banca mundial han
querido llevarnos desde el 10 de diciembre del 2015 y lo están logrando. Hemos
“vuelto al mundo” al mundo de la evasión, la desigualdad, el individualismo y
la codicia de unos pocos y el hambre y la desesperanza de muchos.